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lunes, 3 de octubre de 2016
Un buen descanso, un mal sueño
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lunes, 1 de agosto de 2016
Los 3 últimos acordes
Los 3 últimos acordes
Por: José Antonio Calvo
3 acordes sonaban detrás de esa última puerta. Con mis amigos temerosos queríamos descubrir cómo en esa habitación, tan olvidada, tan extraña, podían escucharse esos sonidos. Sería ¿un indigente? No, no podían entrar al edificio por no tener llaves. Sería ¿un vecino? No se, no he escuchado a nadie en los 3 pisos practicando. Será ¿un fantasma? Cómo afirmarlo o negarlo sin comprobarlo. La madera crujía en los pies de los 3 chicos al aproximarse a la puerta. La vista del pasillo se hacía cada vez más oscura, la iluminación era de un color mortecino, casi que la luz pedía a gritos ayuda para dejar cada rincón despejado. Un olor a rata muerta se percibía en el ambiente. ninguna corriente de viento se hacía presente en ese angosto... ¿angosto? ¿cuando se hizo tan pequeño? - oigan muchachos que paso acá. No lo sabemos, sólo se hizo así. Por favor Manuel, terminemos esto, ya me está dando miedo, además José y yo, dejamos cosas pendiente en casa. Ok ok. Vamos- al sonar estas palabras el trote aumento. Los 3 jóvenes en su diligencia, se dirigieron a descubrir el misterio de los 3 acordes. El piso seguía crujiendo, pero al llegar a la puerta todo ruido cesó. Un viento frío pasó por la nuca de los 3. Las pestilencias pasaron a ser inholoras. Manuel giro el picaporte, la puerta se abrió y la visión de un caballero con traje de sinatra, sentado de espalda, viendo hacia la ventana, fue algo que los confundió a los 3, no sin antes escuchar las últimas palabras de ese dia. -manuel, José y Luis, pasen, estas 3 cuerdas que le quedan a mi guitarra se las tengo reservadas para sus CUELLOSSSSS-
La puerta se cerró con un estruendo a sus espaldas y 3 gritos algo sórdidos se escucharon en los pasillos de ese viejo edificio.
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lunes, 25 de julio de 2016
Una creencia lo cambia todo.
Una creencia lo cambia todo
Por: José Antonio Calvo
Los terrores nocturnos no lo dejaban en paz. Noche tras noche, el televisor daba sus noticias sin parar, mientras él trataba de conciliar el sueño. En las mañanas su comida llegaba a su parte, y el como un animal en cautiverio la recogida a través de una rejilla. Ya no aguantaba mas tener que enfrentar todas las noches a sus peores pesadillas - quizás si salgo de mi casa, a ver la luz, podre dormir mejor. Tendre mas energia, eso vi por la televisión, que el ser humano como las plantas en ocasiones necesita luz solar para procesar algunas cosas, sí, creo que eso decian en discovery channel. Es lo que haré, ya me toca socializar - diversos sonidos de pasadores se oían. Mientras la puerta se abría, un chillido y crujido se escuchó. Una mirada sagaz, se asomo por una línea que se formó entre el marco y la puerta - con que el mundo no ha cambiado, sigue destruido y los dictadores siguen al mando. Creo que prefiero luchar contra mis propios demonios que con los de otros- todos los pasadores volvieron a cerrarse. En esos minutos pasó el cartero y dejo el correo en la casa de enfrente. Se giró y vio la escena - ese loco espero no salga de su casa, me daría miedo tener que darle su correo -
En el periódico de la acera se leía "Candidatos demócratas dominan las urnas" , "Convenios internacionales de comercio le permiten a los grandes consumidores disminuir el gasto de recursos no renovables", "El efecto invernadero ha retrocedido y la temperatura mundial disminuyó 2 grados" - ese señor no sabe que se pierde de uno de los mejores momentos de la humanidad. Todo por no querer dejar su zona de confort, que mal -
sábado, 23 de julio de 2016
Música que dicta el tiempo
Música que dicta el tiempo
Por: José Antonio Calvo
- ¿Cuándo has visto a alguien
insatisfecho con lo que escucha en sus auriculares? la verdad cuando voy en el
metro observando a los jóvenes, niños, adultos con sus audífonos y eligiendo de
su playlist su música favorita, no les veo un pizca de sufrimiento, dolor o
tristeza. Estoy dentro de esa misma población. Aunque en estos momentos aun no
estoy escuchando mi playlist favorito. Solo estoy meditando sobre las
consecuencias de mi renuncia y lo que le traerá a mi devenir. Fuera de eso,
creo que estaré bien. SI… lo estaré-
Saludo a todos los pasajeros, quienes se
dirijan al norte de la avenida central, bajarse en la siguiente estación y
deben tomar el vagón H4 (sonido de parlante en todo el vagón)
Saludo a todos los pasajeros, quienes se
dirijan al norte de la avenida central, bajarse en la siguiente estación y
deben tomar el vagón H4 (sonido de parlante en todo el vagón)
- Bueno mi parada ha llegado, será en el
otro vagón en donde deje de meditar y pensar en la inmortalidad del cangrejo y
escuche un poco de música en mi ip…-
Miradas extrañas. Risas. Miradas de
prejuicio, todo eso sentí en mi espalda cuando me revisaba los pantalones y no
encontraba mi ipod. Que torpe, me advirtieron que robaban en el metro, pero
esto es ridículo, no sentí en ningún momento cuando me lo sacaron del bolsillo.
-Este día no podía empeorar, sin trabajo
y ahora sin música, falta que el dinero que llevaba en el otro bolsillo…. Si;
fue robado también…Rayos, por lo menos los cigarrillos se quedaron en mis
bolsillos frontales- sonidos de pisadas saliendo del vagón. Personas
murmurando. Ruedas rechinando. Teléfonos sonando. Olor a sobaco. Músicos
callejeros. Música de ascensor en todos los parlantes de la estación. – Si, he
llegado a la estación –
Mientras caminaba hacia el vagón H4 y
maldecía mi suerte, pensaba que en ese instante podría estar escuchando a Bill
Evans y Stan Getz, con su piano y saxofón creando magia en mis oídos. Pero
noooooo, tenían que robarme. – No me queda de otra, debo irme a casar y ver que
hago con mi vida de ahora en adelante- mirada rápida hacia el reloj 9:15pm-
-Rápido, rápido, se me hace tarde para
llegar a casa y el vagón se irá pronto – una mirada rápida hacia el andén del
H4 – ashh tendré que pasar por la peor zona, donde se encuentran todos los
parlantes-
Aumente un poco mi trote para evitar
escuchar, sonidos que al unirse no sé si hacían música, o era una nueva forma
de tortura, traída desde la 2da guerra mundial para hacernos sufrir. Fuera eso,
o no, decidí seguir rápido mi camino, sin embargo, cuando algo toca la puerta,
uno se pregunta ¿debo abrirla o quedarme con la duda de que pasaría si no la
abro? En este caso, di un paso adelante y encontré algo para aliviar mi
sufrimiento esa noche - ¡Que! ¿Qué hace un MP3 ahí tirado en el suelo?... Ahora
resulta que tu dios, me pones a prueba, me robaron y ahora me toca elegir en si yo robo o devuelvo ese
objeto perdido, pues sabes que, basta de tener tanta mala suerte hoy. Oiré la
música que traiga ese aparatico y después me las arreglo para devolvérsela a su
dueño, así todos ganamos, ¿no lo crees así dios? – No lo creo así – (mierda, si
mis oídos no me engañan creo que dios me respondió) – No seas estúpido, no soy
dios, agarra esa vaina y llévatela a tu casa bobo, con tal a quien se la vas a
dar ¿a la policía? Pfff probablemente se lo queden ellos, dale tu un mejor uso
– mientras oía estas palabras a mis espaldas, paso un joven como de mi edad, a
un trote rápido – si no lo tomas tu, lo tomare yo, así que elige rápido quedado –
como si un comando que hackeo mi cerebro se fuera instalado, corrí rápidamente
y tome el MP3, cuando busque a esa persona… ya no se encontraba en el andén.
Un gran reloj en el andén, titilante
marcaba las 9:46pm. - El tiempo paso volando, y el ultimo vagón H4, pasa a las
9:50pm- ruedas del vagón rechinando se escuchaban al fondo, y una brisa que
movió los papeles sueltos y mi cabello- Que curioso es todo, me roban, y no
una, sino dos veces, luego prueban mi moral y ahora debo pensar si llegar a
casa en metro o caminando con un promedio de 2 horas a pie. Una vez leí en un
libro de psicología, que el Yo, debe controlar algo así como el Ello y el Super
YO, que si el Ello predomina, los deseos se cumplen sin control y si el superyó
domina, andaré como doña teresa de Calcuta cumpliendo moralidades… nahh que va,
hoy quiero sentirme bien sin importar consecuencias, ya he sido castigado
mucho.
Mirando hacia todos lados, esperando que
nadie me juzgara. A pesar de que me decidí
a agarrar el MP3, aun sentía la culpa, de seguro a esto se refería Freud con el
Super Yo. Llamando a todos los pasajeros,
el último Metro esta por partir, todos abordar – Ahí está mi último aviso.
Mañana resuelvo mi dilema moral, hoy solo quiero llegar a casa – Salí corriendo
y logre entrar justo cuando las puertas se cerraban. En el vagón solo se
encontraba un señor mayor, una pareja y una madre con su hija pequeña. Era de
esperarse, son casi las 10pm, ya la mayoría de las personas están su casa.- Sin
nada más que esperar, encomendé a mis manos y a mis ojos a revisar que música traía
el reproductor – Mmm que raro, quien deja un mp3 solo con 3 canciones-
En el monitor solo se veían:
·
Bill Evans “Night and Day” 7:36
·
One Republic “Whetever I go” 2:49
·
Foo Fighters “All my life” 4:13
- Aunque todas son de mi agrado, me
parece sumamente extraño que una persona solo escuche 3 canciones – seguí revisando
y no encontré nada fuera de lo común. – El total de reproducción me es suficiente
para llegar a casa. Estaré entretenido durante el viaje, al fin algo positivo-
Cuando pulse el botón de play en la canción
de Night and Day mi alrededor comenzó a ir más lento, mi respiración disminuyo,
el sonido del tren se escuchaba grave, las voces de las personas se oían como
unos borrachos, al asomarme por la ventana las luces se percibían como
liquidas, casi como si de mercurio fluyendo se tratase – l a s
e n s a
c i o n
e s i n
c o m p a
r a b
l e – mis palabras fluían demasiado
lentas, pero mis pensamientos mantenían su velocidad. Una locura total, este
mp3 tiene una extraña habilidad para controlar el tiempo. ¿Qué pasara si cambio
la canción, el tiempo seguirá disminuyendo o seguirá avanzando más rápido?
Pantalla del mp3 titilando, seleccionar. All my life. Play the music….
Nada
Paso. Y el tiempo volvió a
la normalidad – De seguro solo fue un juego de mi mente, ya es tarde y estoy
cansado. Esto suele sucederme a estas horas- faltaba poco para llegar a mi
hogar, y en lo único que podía pensar era en la música que iba a escuchar a
penas entrara a mi cuarto esa noche. De seguro la luna tendría un brillo
particular, porque así ha sido durante todo este mes. Quiero ya salir de este vagón
y verla. No me importa si es apenas al salir de la estación, o justo al momento
de entrar a casa. Quiero sentir su luz en mi rostro. Este día, quiero cerrarlo
con broche de plata; el de oro está sobrevaluado. Ya estoy por llegar, así que oiré
la última canción.
Pantalla del Mp3 titilando, seleccionar. Whetever i go. Play the
music
A veces me he preguntado ¿la magia existirá en este
mundo? Si de verdad existiera, de seguro se sentiría como esto. Ni las leyes de
la física descrita por Einstein podrían explicar esto. Mientras la luz de la luna
plateada bañaba mi cuerpo, en el balcón de mi apartamento, yo me dedicaba a
tatarear la última canción que invadió mi ser. La naturaleza de lo ocurrido después
de escuchar esa canción, no le puedo dar explicación, pero siento que lo único que
puedo explicarte querida, es que, medir el tiempo con la música, le da otro
sentido a la vida, o creo que a la mía se la dio hoy. Muchas personas rezan
para que sucedan milagros. Se arrodillan y cuentan sus plegarias. Yo hoy, no
hice ni uno ni lo otro, pero un hito maravilloso sucedió. Me dejo contemplar
este esplendido resplandor, y por si fuera poco, me permitió contemplar esa
silueta tuya desnuda, acompañada de sombras que le dan a nuestro cuarto un contraste
sin igual.
Bendita sea la música. Constantemente demuestra su
valor ante cualquier situación. Mas cuando son eventos que te quieres saltar
sin prestar mucha atención a lo que se ha dejado atrás.
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lunes, 18 de julio de 2016
Una ficción hasta el final
Una Ficción hasta el final
por: José Antonio Calvo Mathieu
Hay muchas teorías que explican la realidad, tantas como ideas, pero no tantas como personas; pero cuando te toca vivir una realidad distinta a la que todos ven, te preguntas seriamente ¿porque yo? ¿que hice para merecer esto? ¿me lo gane o es una penitencia?, sea cual sea la respuesta, esta fue una que obtuve curiosamente.
Al salir de mi última entrevista de trabajo el viernes 8 de julio, me di cuenta que no me iban a llamar, solo me quedaba dinero para el pasaje de regreso y para una empanada; decidi mejor comerme la empanada e irme a pie a casa. Durante el trayecto, la hegemonía de quienes trabajan y las caras largas de los rechazados era palpable. Tal así era el caso, que al momento de cruzar la calle se dividían entre los que van al éxito y los que tragan barro de derrota.
Luego de pasar por ese escenario tan deprimente en la Av. Gran Cañón, decidí mejor desviarme por una calle vertical a la avenida. Esta era angosta, solo era de un carril, los establecimientos no eran tiendas Gef, forever 21, nike, tenis, no nada de eso, eran de lo más cutre y básico que se podía encontrar por esa enorme ciudad. Sin embargo, cuando recorres un camino a veces te preguntas ¿lo recorres por decisión propia o algo te llevo a tomarlo? aunque esa pregunta me recorrió desde lo pies hasta la cabeza, la misma no me detuvo y mantuve mi paso firme hasta llegar a la última tienda de la calle, justo me encontré con algo que siempre cambia la perspectiva, unos lentes de sol Ray Ban usados. Estaban en el mostrador, con su estuche muy rimbombantes, creo que era el articulo mas valioso de la tienda por tal presentación, fuera de eso, me llamaron la atención ya que desde mi arribo a esta ciudad anduve buscando unos lentes Ray Ban Wayfarer negros, y no encontraba ninguno que me gustara. Así que en este instante si no existieron dudas de quien me guiaba, era yo el que decidió comprarlos, con tal, ya les tenía un uso ideal, no quería andar por la calle y que me vieran los ojos de derrotado.
Hable con el vendedor, me los dejo económicos porque un loco vino y se los vendio baratos, me parecio inverosímil esa historia ya que no cambió en nada el precio y menos me cautivo. Me los entregó en su estuche y me dio mi factura. Salí despedido de ese sitio, porque su olor no me dejó ganas de volver jamás. Por unos segundos me entretuve viendo el estuche, el cual tenía un papel adentro que no quise leer (pocos leen instrucciones y soy uno de ello) en eso llegue de nuevo a la avenida Gran Cañón. Se veía exactamente como hace 15 min, repleta de gente, por un lado aquellos que iban en ascenso y los que iban al barranco. Me tome la molestia de evitar observar lo triste de esa realidad y fui directo a los lentes y me los coloque; lo que sucedió a continuación no fue sino otra sorpresa tras sorpresa.
Mis ojos se quedaron más pasmados que el mismo corazon cuando se da cuenta de que su amada lo ha engañado. Las personas se me quedaron observando todos fijamente como si mi presencia estuviera hecha de un imán. Su trato hacia mi cambio inmediatamente, empezaron hasta a cortejarme mujeres, no podía creerlo y la verdad era incomodo. Mientras caminaba, todos se quedaban viendome como si Brad Pitt o Johnny Depp pasará junto a ellos, era confuso y embriagador. Ser el centro de atencion, despues de caminar por el filo del barranco de los rechazados era una sensación que desconocía, pero por todo ese tiempo que fui rechazado,
Poco a poco, en el que resonar de mis pasos se evidenciaba en la Avenida Gran Cañón, más personas empezaban a notar mi presencia. Peticiones de que trabajara con ellos, me tomara fotos con ellos, comiera con ellos, cenas en los penthouses, viajes en yates, paseos por las montañas, rumbas en las playas, un sin fin de invitaciones no paraban de llegar, así como tampoco paraba de dolerme la vista por usar los lentes. Toda esta atención hasta cierto punto me estaba agotando la cabeza. Lo único que no salía de mi cabeza era que si podía obtener toda estas alegorías, a lo mejor estaba a mi alcance el trabajo que tanto anhelaba. Todo hombre busca conseguir el trabajo que no lo haga sentir como un trabajador, sino como un pez en el agua. Esa sensacion de extasis por hacer, por hacer lo que apasiona la mente y el cuerpo. Tomar de esa panacea que cura todos los males contraídos por labores, por trabajos que le quitan el sentido a la vida. Justo eso deseaba.
Cuando ya me decidí, retome mis pasos en dirección hacia el sitio en donde me habían rechazado para ser psicólogo, editor en jefe de la revista "PsyHistory", no obstante no me fue fácil tomar dicha decisión, primero la vista me mataba, los pies me dolían por caminar hacia adelante y atrás en la avenida, la fatiga por tratar con personas que no conoces ya me generaba angustia y por último, el temor de ser rechazado nuevamente para mi trabajo ideal. Todo eso unido me llevo a dudar de esa elección, sin embargo, al sopesar todo el peso generado por la reflexión, mi trote fue implacable. La brisa fría levantaba mi saco un poco, por ello tuve que cerrarlo. Por la vía, comenzó un leve chubasco. Estos dos factores unidos me indicaron algo. El ambiente para usar lente, se iba a acabar, y yo aún no había llegado al edificio de la entrevista. Me entro la desesperacion, asi de seguro se debió de sentir Freud, cuando buscaba la aceptación de su teoria psicosexual infantil, tan rechazada al principio. Seguí sin prestar mayor atención, aun con el dolor en la vista y los lentes empañados, mi trote no aflojo. Solo cuando llegue a saludar al portero del edificio pensé que lo habia logrado, estaba a salvo, ya solo necesitaba subir al 10mo piso con los lentes en su lugar y decidido a conseguir mi empleo a como diera lugar.
No obstante, en toda historia, sino existe una tragedia, pareciera que no fuera historia, y así fue la mía. Estando ya a punto de llegar al ascensor un joven exitoso que iba a almorzar, paso sin verme, pegado viendo no se que en su teléfono y chocó contra mi. Tal fue el choque, que mis lentes RayBan Wayfarer Negros, salieron despedidos de mis ojos, y vi la tragedia convertirse en realidad. No me había movido ni un centímetro desde que me coloque los lentes. No estaba ni cerca del edificio. Las personas no me miraban, nadie me invitaba, no era ni Brad Pitt, ni Johnny Depp, era solo otro de los rechazados que se apilaban vía al barranco. Confundido, decidí ver el papel dentro del estuche y lo escrito ahí le aclararía las dudas hasta el mismo René Descarte con su duda metodica.
1.- Quien use estos lentes se alejara de lo que más le atormenta
2.- Mientras más se aleje, más doloroso será. Recordandole al portador, que el dolor aunque es una elección, se enfrentará a él todo su vida.
3.- Evite, si desea dejarselos puesto, el contacto brusco con otras personas. Esto puede ocasionar accidentes y los lentes se podrían desprender de sus ojos, como si la retina se desprendiera por un golpe contundente.
4.- Toda realidad que lo aleje del dolor, lo llevará a una utopía.
5.- Las utopías por ahora, son solo ficciones.
6.- Si desea vivir en una ficción, nunca se quite los lentes.
Nota: Pero las utopías le quitan algo valioso al hombre, su capacidad de elegir sobreponerse a las adversidades y moverse a buscar sus sueños. Así que, sea consciente al momento de usar estos lentes, que como todo en la vida, le traerá consecuencias.
He ahí mi tragedia, me entregue a una ficción, la cual se mantuvo hasta el final... hasta que la regla 3 se cumplió y se rompió el hechizo.
Al salir de mi última entrevista de trabajo el viernes 8 de julio, me di cuenta que no me iban a llamar, solo me quedaba dinero para el pasaje de regreso y para una empanada; decidi mejor comerme la empanada e irme a pie a casa. Durante el trayecto, la hegemonía de quienes trabajan y las caras largas de los rechazados era palpable. Tal así era el caso, que al momento de cruzar la calle se dividían entre los que van al éxito y los que tragan barro de derrota.
Luego de pasar por ese escenario tan deprimente en la Av. Gran Cañón, decidí mejor desviarme por una calle vertical a la avenida. Esta era angosta, solo era de un carril, los establecimientos no eran tiendas Gef, forever 21, nike, tenis, no nada de eso, eran de lo más cutre y básico que se podía encontrar por esa enorme ciudad. Sin embargo, cuando recorres un camino a veces te preguntas ¿lo recorres por decisión propia o algo te llevo a tomarlo? aunque esa pregunta me recorrió desde lo pies hasta la cabeza, la misma no me detuvo y mantuve mi paso firme hasta llegar a la última tienda de la calle, justo me encontré con algo que siempre cambia la perspectiva, unos lentes de sol Ray Ban usados. Estaban en el mostrador, con su estuche muy rimbombantes, creo que era el articulo mas valioso de la tienda por tal presentación, fuera de eso, me llamaron la atención ya que desde mi arribo a esta ciudad anduve buscando unos lentes Ray Ban Wayfarer negros, y no encontraba ninguno que me gustara. Así que en este instante si no existieron dudas de quien me guiaba, era yo el que decidió comprarlos, con tal, ya les tenía un uso ideal, no quería andar por la calle y que me vieran los ojos de derrotado.
Hable con el vendedor, me los dejo económicos porque un loco vino y se los vendio baratos, me parecio inverosímil esa historia ya que no cambió en nada el precio y menos me cautivo. Me los entregó en su estuche y me dio mi factura. Salí despedido de ese sitio, porque su olor no me dejó ganas de volver jamás. Por unos segundos me entretuve viendo el estuche, el cual tenía un papel adentro que no quise leer (pocos leen instrucciones y soy uno de ello) en eso llegue de nuevo a la avenida Gran Cañón. Se veía exactamente como hace 15 min, repleta de gente, por un lado aquellos que iban en ascenso y los que iban al barranco. Me tome la molestia de evitar observar lo triste de esa realidad y fui directo a los lentes y me los coloque; lo que sucedió a continuación no fue sino otra sorpresa tras sorpresa.
Mis ojos se quedaron más pasmados que el mismo corazon cuando se da cuenta de que su amada lo ha engañado. Las personas se me quedaron observando todos fijamente como si mi presencia estuviera hecha de un imán. Su trato hacia mi cambio inmediatamente, empezaron hasta a cortejarme mujeres, no podía creerlo y la verdad era incomodo. Mientras caminaba, todos se quedaban viendome como si Brad Pitt o Johnny Depp pasará junto a ellos, era confuso y embriagador. Ser el centro de atencion, despues de caminar por el filo del barranco de los rechazados era una sensación que desconocía, pero por todo ese tiempo que fui rechazado,
Poco a poco, en el que resonar de mis pasos se evidenciaba en la Avenida Gran Cañón, más personas empezaban a notar mi presencia. Peticiones de que trabajara con ellos, me tomara fotos con ellos, comiera con ellos, cenas en los penthouses, viajes en yates, paseos por las montañas, rumbas en las playas, un sin fin de invitaciones no paraban de llegar, así como tampoco paraba de dolerme la vista por usar los lentes. Toda esta atención hasta cierto punto me estaba agotando la cabeza. Lo único que no salía de mi cabeza era que si podía obtener toda estas alegorías, a lo mejor estaba a mi alcance el trabajo que tanto anhelaba. Todo hombre busca conseguir el trabajo que no lo haga sentir como un trabajador, sino como un pez en el agua. Esa sensacion de extasis por hacer, por hacer lo que apasiona la mente y el cuerpo. Tomar de esa panacea que cura todos los males contraídos por labores, por trabajos que le quitan el sentido a la vida. Justo eso deseaba.
Cuando ya me decidí, retome mis pasos en dirección hacia el sitio en donde me habían rechazado para ser psicólogo, editor en jefe de la revista "PsyHistory", no obstante no me fue fácil tomar dicha decisión, primero la vista me mataba, los pies me dolían por caminar hacia adelante y atrás en la avenida, la fatiga por tratar con personas que no conoces ya me generaba angustia y por último, el temor de ser rechazado nuevamente para mi trabajo ideal. Todo eso unido me llevo a dudar de esa elección, sin embargo, al sopesar todo el peso generado por la reflexión, mi trote fue implacable. La brisa fría levantaba mi saco un poco, por ello tuve que cerrarlo. Por la vía, comenzó un leve chubasco. Estos dos factores unidos me indicaron algo. El ambiente para usar lente, se iba a acabar, y yo aún no había llegado al edificio de la entrevista. Me entro la desesperacion, asi de seguro se debió de sentir Freud, cuando buscaba la aceptación de su teoria psicosexual infantil, tan rechazada al principio. Seguí sin prestar mayor atención, aun con el dolor en la vista y los lentes empañados, mi trote no aflojo. Solo cuando llegue a saludar al portero del edificio pensé que lo habia logrado, estaba a salvo, ya solo necesitaba subir al 10mo piso con los lentes en su lugar y decidido a conseguir mi empleo a como diera lugar.
No obstante, en toda historia, sino existe una tragedia, pareciera que no fuera historia, y así fue la mía. Estando ya a punto de llegar al ascensor un joven exitoso que iba a almorzar, paso sin verme, pegado viendo no se que en su teléfono y chocó contra mi. Tal fue el choque, que mis lentes RayBan Wayfarer Negros, salieron despedidos de mis ojos, y vi la tragedia convertirse en realidad. No me había movido ni un centímetro desde que me coloque los lentes. No estaba ni cerca del edificio. Las personas no me miraban, nadie me invitaba, no era ni Brad Pitt, ni Johnny Depp, era solo otro de los rechazados que se apilaban vía al barranco. Confundido, decidí ver el papel dentro del estuche y lo escrito ahí le aclararía las dudas hasta el mismo René Descarte con su duda metodica.
Instrucciones al portador:
1.- Quien use estos lentes se alejara de lo que más le atormenta
2.- Mientras más se aleje, más doloroso será. Recordandole al portador, que el dolor aunque es una elección, se enfrentará a él todo su vida.
3.- Evite, si desea dejarselos puesto, el contacto brusco con otras personas. Esto puede ocasionar accidentes y los lentes se podrían desprender de sus ojos, como si la retina se desprendiera por un golpe contundente.
4.- Toda realidad que lo aleje del dolor, lo llevará a una utopía.
5.- Las utopías por ahora, son solo ficciones.
6.- Si desea vivir en una ficción, nunca se quite los lentes.
Nota: Pero las utopías le quitan algo valioso al hombre, su capacidad de elegir sobreponerse a las adversidades y moverse a buscar sus sueños. Así que, sea consciente al momento de usar estos lentes, que como todo en la vida, le traerá consecuencias.
He ahí mi tragedia, me entregue a una ficción, la cual se mantuvo hasta el final... hasta que la regla 3 se cumplió y se rompió el hechizo.
Hay realidades alternas que al parecer, merecen la pena vivirse, así sea por un instante. A través de la lectura o a través de la animación. Creo que los japoneses, han logrado unir muy bien ambos métodos.
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domingo, 3 de julio de 2016
El caminante y la princesa
El caminante y la princesa
Por: José Antonio Calvo
Una
tarde que estaba por perecer y darle paso a su astuta amiga la noche, se percibía
ese día 2 de julio. Dos jóvenes se encontraron de una forma fugaz, como el
iniciar y apagar de una vela en un día ventoso, juntos esperaban en la parada
del bus, rodeados de varias personas que a lo mejor seguirían su mismo destino
o simplemente irían a otros distintos. Horas transcurrieron y el transporte
necesario para ambos no se aproximaba; el cartel de la parada indicaba un
retraso de 20 min debido a un accidente en la avenida 50; ambos al ver ese
tiempo y a su vez observarse solos en esa parada, no encontraron otra salida más
que hablarse. Sus relojes de pulseras marcaban las 11:40 pm
–
Hola – asomo tímidamente el joven
–
Hola – respondió con indiferencia la joven
–
Que retraso ¿no? Llevamos horas esperando este bus que sigue por la 45 con 13 y
ni su sombra aparece - con un poco más de valentía se escucharon esas palabras
-
¿vas a esa dirección? Qué curioso yo me quedo justo en la esquina de esa calle,
tengo un toque con mi banda – el tono de indiferencia seguía en el aire
-
¡ahhh! ¿Por eso llevas ese atuendo de princesa rockera? –
-
mmm ¿esto? Es algo que la banda le gusta que use para los eventos. Aunque disto
de ser princesa, me gusta como luce este vestido con botas militares, jean azul
y chaleco rasgado-
Asombrado
por la sinceridad de la joven, este se sonrojo un poco – Te luce ese estilo, y
por lo menos tienes estilo para tu trabajo, por mi lado si me das un vistazo,
parezco recolector de basura andante, y si pensaste eso ¡tin! ¡tin! ¡tin! No te
equivocaste – se atrevió a realizar una broma para soltarse un poco.
La
chica sin una pizca de gracia en su cara le respondió – mmmm, no me imagine eso
pero gracias por aclararlo, así no me haré la idea de que eres un psicópata asesino
que anda suelto en la ciudad y seré tu víctima número 12, algo así como
siguiendo los doce signos del zodiaco, como aquella película Zodiaco, ¿la has
visto?
Con
el rostro entre confusión y una risa que no se explicaba solo le respondió –
ehh no, la verdad no la conozco, pero tranquila no soy nada de eso, solo voy a
mi casa después del trabajo –
En
ese instante, algo en el ambiente cambio, los pensamientos de ambos quedaron en
silencio, la temperatura disminuyo; la 11:55 marcaba el reloj del panel de la
parada, y 5 minutos faltaban para el arribo del bus. Durante ese tiempo, el caminante
y la princesa rockera ni se dirigieron la palabra y menos sus miradas se
cruzaron; la vela estaba por apagarse.
El
bus arribo a la hora exacta y ambos ingresaron al vehículo sin dirigirse palabra
alguna
-
Es algo tarde para
estar en esa parada, pero como debía terminar mi ruta decidí pasar, son los únicos
que llevo ya por este día, digan a dónde se dirigen y los dejare enseguida, ya
lo único que deseo es llegar a casa y descansar – con voz cansada y llena de
suspiros, habló el conductor a los jóvenes
-
Está bien señor,
ambos vamos a la 45 con 13 – al unisonó se esparció la voz de ambos en el bus
solitario
Se
miraron el caminante y la princesa, y sus caras sonrientes no pudieron esta vez
ocultarse. Algo curioso se mezclaba en sus pensamientos, ninguno de los dos podía
entender que era, pero se guiaron más por la sensación de gusto, esa misma que
le sirve al humano de base, para tomar sus decisiones.
En
el bus, con el sonido de las ruedas, decidieron no hablar, simplemente
estuvieron dispuesto a solo verse fijamente, uno sentado en la hilera de la izquierda
y la otra en la de la derecha. Ambos vislumbraron a través de la ventana, que
esa noche ventosa se estaba convirtiendo en una noche de tormenta, con
ventiscas de lluvia.
-
Hemos llegado a
su destino jóvenes, aunque lamento decirles que con la lluvia si no los puedo
ayudar y la 44 se inunda, lo que dificulta el paso a la 45, asi que debo
dejarlos en la 43, ¿espero no les moleste?
Con
una sonrisa cómplice y mirándose, simplemente respondieron – déjalo así, no nos
importa caminar un poco más, igual ya el largo camino lo hiciste tú – sus voces
completaban las palabras del otro, como si un dueto entre Mana y Juan Luis Guerra
se suscitara en ese instante, y sin mucho menos, a través de los altavoces del
bus sonaba la canción Bendita.
-
Listo, entonces
nos vemos – con un tono de alegría y descansado se expresó el conductor
Ya
eran la 1:10am, según los relojes de pulseras de ambos. Decidieron seguir a pie
bajo la intensa lluvia. El caminante se quitó su chaqueta y se la dio a la
princesa rockera, no sin antes esta decirle – oye y ¿Cómo te llamas? –
-
Puedes
simplemente decirme caminante, aunque creo que el nombre es garante de nuestra
identidad, de nuestro ego, contigo no quiero cambiar nada desde que nos
montamos a ese bus-
-
Entiendo
caminante, entonces simplemente dime princesa –
El acuerdo estaba cerrado, y sin mucho más que
discutir siguieron caminando hasta llegar a su destino ambos. El toque de la
princesa quedaba frente a la casa del caminante.
-
Oh ya veo, con
que la voz que oigo todos los viernes es la tuya –
-
Jejeje si, yo
toco con mi banda the starks leaks –
Él ni idea tenia
de la banda, pero enredado en un volcán de entusiasmo, simplemente asintió con
el rostro y dejó que hablara.
- Llevamos 1 año
juntos y estamos aspirando a lo grande, pero por ahora nos toca darnos a
conocer y hacernos viral en las redes sociales –
Mientras
ella hablaba, ya el caminante en sus pensamientos se había ido a la luna. Se
paseaba con ella por los cráteres, mientras tomados de las manos ella
le cantaba un cover de Foo Figthers “The pretender” y otro de One Republic “Wherever
i go”. No se creía, que tan cerca, existiera una princesa, la cual lejos de
toda construcción social, representará a las de Disney; era la antítesis de
esas creaciones, la semejanza era más a, a,
a…
-
Oye, caminante
me estas escuchando, llevo 5 minutos hablándote y tu no respondes a nada de lo
que te digo, simplemente asientes a todo lo que digo - con tono de molestia se le dirigió
-
Lo siento
princesa, si escuche lo que dijiste – aunque con tono inseguro
-
Todos ustedes
los hombres son iguales, cuando una mujer habla, se despegan y se van volando a
la luna, pensé que contigo sería distinto, cuando te veía intuía que me entendías;
veías lo que yo veía, sentías lo que yo sentía, sin embargo me equivoque. Menos
mal no me dijiste tu nombre, no quiero saber mas de ti caminante, desaparece.
El rostro del
caminante se leyó como una tragedia griega.
-
Princesa discúlpame
no fue mi intención. Déjame hasta contarte lo que pensaba, a sí, al menos podrás
entenderme un poco – cuando decía la última palabra, ella ya se alejaba
cruzando la calle
-
Rayos, que mala
costumbre la mía. Por eso sigo de recoge basura andante, hasta mi mente sale a caminar,
cuando debería quedarse quieta cumpliendo una simple tarea. Es probable que no
la vuelva a ver, pero lo que imagine a su lado no lo olvidaré, menos su voz, y su
sonrisa como la media luna. Mejor voy partiendo a mi casa, porque
si no me voy a resfriar… – entre ya estornudos el caminante salió corriendo a
su casa, sin mirar atrás a la princesa de los cover de rock.
La vela terminó por apagarse completamente…
sábado, 2 de julio de 2016
Hazle caso al loco
Hazle caso al loco
Cuento Corto
Por: José Antonio Calvo
Un
pueblo fronterizo se erigía en la nación de la pequeña Venecia, como ningún
otro. Estaba repleto de pequeños venecianos. Entre ellos, todos parecían estar
repletos de alegría, sabor, soltura dancística y ganas de comerse al mundo
entero desde esa frontera. Pero, no todos estaban tan llenos de tales virtudes,
Luis miguel carrillo, un personaje extravagante y exuberante, era la cereza del
pastel de tan reconocido pueblo. Un día en una de sus andanzas se pudo
demostrar que su forma de ver la realidad, estaba muy alejada de todos sus
compatriotas.
- Buenos
días camaradas de esta gran nación, me presento como el gobernante de estas
tierras, su salvador y próximo mesías que los guiara a mejores futuros y bonanzas
- las personas confundidas y otras con rostros repletos de carcajadas
simplemente lo ignoraron. Luis miguel carrillo al notar que nadie le prestó
atención a sus declaraciones, imito a un filósofo de antaño, su nombre era
Diógenes de Sinope. - Si nadie ha de notar a este caballero, amarrare 7 latas
de atún a esta cabuya y las colocare en mi cintura, luego las arrastrare por
toda la plaza del pueblo y así de seguro me ganare su atención – con su tarea
ya realizada, Luis miguel carrillo se dispuso a caminar como un napoleón por
toda la plaza del pueblo sin decir una sola palabra, solo caminaba y caminaba;
el día acababa, se iba a dormir, y al día siguiente seguía con la misma tarea
muy diligentemente. En el 3er día, una masa de personas como de 125 se aglomero
a su alrededor para tratar de entender su comportamiento.
-
Aja, los he descubiertos zánganos, lacayos del populismos, acudieron a mi
cuando hice toda esta publicidad, pero cuando les grite mi mensaje simplemente
me ignoraron. Pero me vale, ahora les comentare cual es la información
importante que todos mis compañeros en tierra deben oír, para que así puedan
transmitirla hasta más allá de nuestras propias fronteras. Escuchen, las
autoridades de nuestra nación están tramando un plan macabro para cerrar nuestras
fronteras, hacerse ellos con nuestros negocios, hogares y alimentos. Nos
quieren enlistar en un servicio de racionalización de todo, alimentos, casas,
carro, electrodoméstico, en fin, de todo. Por último, nos quieren convertir a
través del cruel tiempo en unos esclavos de sus mandatos, enalteciendo el
discurso que “seguir los mandatos del líder, es un deber patriótico”, eso me
parece un montón de basura. Queridos compañeros, levantemos nuestras voces y
hagamos notar que la libertad es un bien inherente de nuestra condición humana.
No esperamos ser dioses entre humanos, solo aspiramos a ser humanos entre
humanos y vivir nuestras vidas felices. Si alguien se une a mi lucha contra estos tiranos líderes, haremos de nuestro pueblo fronterizo el mejor del continente-
al culminar el discurso más de la mitad se habían retirado, y los pocos oyentes
presentes simplemente aplaudieron, lanzaron dinero y otros, llamaron a las
autoridades para mandar a meter preso a Luis Miguel Carillo; este al notar
tales acciones corrió despavorido por los callejones oscuros del pueblo
fronterizo de la pequeña Venecia.
Estando
a salvo Luis Miguel, o creyendo el estar a salvo, decidió tirarse en una
banqueta roída por el óxido y mal oliente a orina de perro, se acostó pensando
en descansar por 2 minutos, pero ese fue el último error que pudo haber
cometido en ese momento - ¿usted es Luis Miguel Carrillo, el mesías?- escucho a
lo lejos Luis. Entre la ensoñación y la vigilia respondió -Si, ese mismo soy
yo, el que viste y calza- , - Sr viene
con nosotros a la comisaría por difamación de los poderes del estado,
incitación a las revueltas civiles y por último autoproclamarse gobernante de
nuestra gran nación- Luis despertó con un salto tan grande como de canguro,
pero sin espacio para maniobrar decidió no ofrecer resistencia y aceptar los
cargos que se le imponían. Como gran caballero acudió a la comisaría para escuchar las palabras del comandante, aunque al llegar ahí, su cara de sorpresa
no se podía esconder con nada.
- Lo
sabía, aquí está el gobernador, usted ya viene a quitarnos nuestras libertades,
nuestra capacidad de obtener lo que queramos sin necesidad de estar mendigando al estado. Usted es una bestia que no tiene corazón, yo con mis
armas acabare con su ser en este mismo instante- corriendo como loco con sus
puños levantados hacia el gobernador Luis Miguel Carrillo, trato de asestarle un
golpe, pero ni 5 pasos dio cuando ya tenía a toda la guarnición de policías
encima, - saquen a este loco de mi vista- exclamó el gobernador Vicente González - no lo quiero ver ni en pintura – e ipso facto
las órdenes fueron cumplidas y llevaron a Luis Miguel al último calabozo de la comisaría para que se pudriera, y sin ningún rastro de haber sido procesado por
la ley, el Sr Carrillo desapareció de las calles del pueblo fronterizo.
- Menos mal se encargó de ese carrillo- dijo el
gobernador.
- Bueno
Sr Vicente, es el trabajo que me encomendó como su comandante y sus directrices se cumplen al pie de la letra, aunque me parece algo curioso cuénteme, ¿Cómo fue
que ese loco se enteró de sus planes con este vestigio de pueblo en donde ni
los rayos del sol llegan? – No lo sé Francisco, a lo mejor lo escucho pasando
por mi oficina, no olvide que tiene una ventana que da a la calle, ese cutre cuarto me tiene cansado, apenas le quite las libertades a todos acá, me hare
un castillo digno de un gobernador. Esta oficina suya es igual, las ventanas
dan a la calle, mejor revise ahí, a ver si hay alguien escuchando- asomándose
el comandante francisco a la ventana, justamente vio corriendo a unos jóvenes y
a la vez gritando - ¡compatriotas, compatriotas, compatriotas, hagámosle caso
al loco de Carrillo, que de verdad el gobernador nos va a vender a los altos
mandos- .
Meses
después, se leyó en los periódicos del pueblo “Cuando un loco habla, en
ocasiones hay que hacerle caso” y en letras pequeñas se presenciaba, “El
discurso de un hombre, siempre tiene verdades, solo hace falta escuchar con la
mente abierta, y no tildar de loco a cualquiera que no le parezca cuerdo”.
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