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domingo, 3 de julio de 2016

El caminante y la princesa



El caminante y la princesa

Por: José Antonio Calvo

Una tarde que estaba por perecer y darle paso a su astuta amiga la noche, se percibía ese día 2 de julio. Dos jóvenes se encontraron de una forma fugaz, como el iniciar y apagar de una vela en un día ventoso, juntos esperaban en la parada del bus, rodeados de varias personas que a lo mejor seguirían su mismo destino o simplemente irían a otros distintos. Horas transcurrieron y el transporte necesario para ambos no se aproximaba; el cartel de la parada indicaba un retraso de 20 min debido a un accidente en la avenida 50; ambos al ver ese tiempo y a su vez observarse solos en esa parada, no encontraron otra salida más que hablarse. Sus relojes de pulseras marcaban las 11:40 pm

– Hola – asomo tímidamente el joven
– Hola – respondió con indiferencia la joven
– Que retraso ¿no? Llevamos horas esperando este bus que sigue por la 45 con 13 y ni su sombra aparece -  con un poco más de valentía se escucharon esas palabras
- ¿vas a esa dirección? Qué curioso yo me quedo justo en la esquina de esa calle, tengo un toque con mi banda – el tono de indiferencia seguía en el aire
- ¡ahhh! ¿Por eso llevas ese atuendo de princesa rockera? –
- mmm ¿esto? Es algo que la banda le gusta que use para los eventos. Aunque disto de ser princesa, me gusta como luce este vestido con botas militares, jean azul y chaleco rasgado-

Asombrado por la sinceridad de la joven, este se sonrojo un poco – Te luce ese estilo, y por lo menos tienes estilo para tu trabajo, por mi lado si me das un vistazo, parezco recolector de basura andante, y si pensaste eso ¡tin! ¡tin! ¡tin! No te equivocaste – se atrevió a realizar una broma para soltarse un poco.

La chica sin una pizca de gracia en su cara le respondió – mmmm, no me imagine eso pero gracias por aclararlo, así no me haré la idea de que eres un psicópata asesino que anda suelto en la ciudad y seré tu víctima número 12, algo así como siguiendo los doce signos del zodiaco, como aquella película Zodiaco, ¿la has visto?

Con el rostro entre confusión y una risa que no se explicaba solo le respondió – ehh no, la verdad no la conozco, pero tranquila no soy nada de eso, solo voy a mi casa después del trabajo –

En ese instante, algo en el ambiente cambio, los pensamientos de ambos quedaron en silencio, la temperatura disminuyo; la 11:55 marcaba el reloj del panel de la parada, y 5 minutos faltaban para el arribo del bus. Durante ese tiempo, el caminante y la princesa rockera ni se dirigieron la palabra y menos sus miradas se cruzaron; la vela estaba por apagarse.

El bus arribo a la hora exacta y ambos ingresaron al vehículo sin dirigirse palabra alguna
-          Es algo tarde para estar en esa parada, pero como debía terminar mi ruta decidí pasar, son los únicos que llevo ya por este día, digan a dónde se dirigen y los dejare enseguida, ya lo único que deseo es llegar a casa y descansar – con voz cansada y llena de suspiros, habló el conductor a los jóvenes
-          Está bien señor, ambos vamos a la 45 con 13 – al unisonó se esparció la voz de ambos en el bus solitario

Se miraron el caminante y la princesa, y sus caras sonrientes no pudieron esta vez ocultarse. Algo curioso se mezclaba en sus pensamientos, ninguno de los dos podía entender que era, pero se guiaron más por la sensación de gusto, esa misma que le sirve al humano de base, para tomar sus decisiones.
En el bus, con el sonido de las ruedas, decidieron no hablar, simplemente estuvieron dispuesto a solo verse fijamente, uno sentado en la hilera de la izquierda y la otra en la de la derecha. Ambos vislumbraron a través de la ventana, que esa noche ventosa se estaba convirtiendo en una noche de tormenta, con ventiscas de lluvia.



-       Hemos llegado a su destino jóvenes, aunque lamento decirles que con la lluvia si no los puedo ayudar y la 44 se inunda, lo que dificulta el paso a la 45, asi que debo dejarlos en la 43, ¿espero no les moleste?

Con una sonrisa cómplice y mirándose, simplemente respondieron – déjalo así, no nos importa caminar un poco más, igual ya el largo camino lo hiciste  – sus voces completaban las palabras del otro, como si un dueto entre  Mana y Juan Luis Guerra se suscitara en ese instante, y sin mucho menos, a través de los altavoces del bus sonaba la canción Bendita.

-       Listo, entonces nos vemos – con un tono de alegría y descansado se expresó el conductor

Ya eran la 1:10am, según los relojes de pulseras de ambos. Decidieron seguir a pie bajo la intensa lluvia. El caminante se quitó su chaqueta y se la dio a la princesa rockera, no sin antes esta decirle – oye y ¿Cómo te llamas? –

-          Puedes simplemente decirme caminante, aunque creo que el nombre es garante de nuestra identidad, de nuestro ego, contigo no quiero cambiar nada desde que nos montamos a ese bus-
-          Entiendo caminante, entonces simplemente dime princesa –
El acuerdo estaba cerrado, y sin mucho más que discutir siguieron caminando hasta llegar a su destino ambos. El toque de la princesa quedaba frente a la casa del caminante.
-          Oh ya veo, con que la voz que oigo todos los viernes es la tuya –
-          Jejeje si, yo toco con mi banda the starks leaks –

Él ni idea tenia de la banda, pero enredado en un volcán de entusiasmo, simplemente asintió con el rostro y dejó que hablara.

-     Llevamos 1 año juntos y estamos aspirando a lo grande, pero por ahora nos toca darnos a conocer y hacernos viral en las redes sociales –

Mientras ella hablaba, ya el caminante en sus pensamientos se había ido a la luna. Se paseaba con ella por los cráteres, mientras tomados de las manos ella le cantaba un cover de Foo Figthers “The pretender” y otro de One Republic “Wherever i go”. No se creía, que tan cerca, existiera una princesa, la cual lejos de toda construcción social, representará a las de Disney; era la antítesis de esas creaciones, la semejanza era más a, a,  a…

-          Oye, caminante me estas escuchando, llevo 5 minutos hablándote y tu no respondes a nada de lo que te digo, simplemente asientes a todo lo que digo -  con tono de molestia se le dirigió
-          Lo siento princesa, si escuche lo que dijiste – aunque con tono inseguro
-          Todos ustedes los hombres son iguales, cuando una mujer habla, se despegan y se van volando a la luna, pensé que contigo sería distinto, cuando te veía intuía que me entendías; veías lo que yo veía, sentías lo que yo sentía, sin embargo me equivoque. Menos mal no me dijiste tu nombre, no quiero saber mas de ti caminante, desaparece.
El rostro del caminante se leyó como una tragedia griega.
-          Princesa discúlpame no fue mi intención. Déjame hasta contarte lo que pensaba, a , al menos podrás entenderme un poco – cuando decía la última palabra, ella ya se alejaba cruzando la calle
-          Rayos, que mala costumbre la mía. Por eso sigo de recoge basura andante, hasta mi mente sale a caminar, cuando debería quedarse quieta cumpliendo una simple tarea. Es probable que no la vuelva a ver, pero lo que imagine a su lado no lo olvidaré, menos su voz, y su sonrisa como la media luna. Mejor voy partiendo a mi casa, porque si no me voy a resfriar… – entre ya estornudos el caminante salió corriendo a su casa, sin mirar atrás a la princesa de los cover de rock.

La vela terminó por apagarse completamente…



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